woensdag 1 juli 2009

Development as Freedom (Sen 1999)

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file:///C:/Documents%20and%20Settings/Jorine/Mes%20documents/A%20Politicas%20Publicas/Leiner%20Vargas/Development%20as%20FREEDOM2_files/frame.htm#slide0001.htm

Amartya Sen presents in this book a vision on development that is different from what we are used to read. It is not focussed on economic development, but on human development. Economic development is considered a means for people to expand their individual freedoms, but not an end in itself.

Sen identifies five instrumental freedoms that contribute to the expansion of individual freedom and thus to development:

* political freedoms
* economic facilities
* social opportunities(health and education)
* transparancy guarantees
* protective security

Progress or process that does not enhance individual freedoms in these terms, is not considered development according to Sen. In other words, adquiring economic wealth at the cost of the liberty of others, is not development.

Sen argues that the Pareto optimality of market efficiency assumes self-interest maximization. He considers this an assumption that is empirically hard to defend. Not everyone is out to only fulfill that goal. Against the Arrow-Debreu proposal he suggests we avoid discussing what motivates people as everyone has another personal, private drive to justify his or her behavior. He argues that the point is not the achievement of interest fulfillment, but the availability of freedom, no matter whether the freedom is aimed at self-interest or some other objective.

Following Sen's interpretation of optimality: a competitive market equilibrium guarantees that no one's freedom can be increased any further while maintaining the freedom of everyone else. The assumption does not only focus on the number of options available to individuals, but on their attractiveness or quality as well.

This means, that freedom is the word and that all have a right to enjoy the same level and quality of freedom. Individual freedom is a social product, a social commitment and no higher level of freedom can be persuit by one person, if others do not have the same opportunities one has. That is the statement.

The freedoms Sen is talking about are substantive freedoms, that facilitate people to live the lives they want and have reason to value. We must respect, in other words, that others want another way of living then we do, and we should not judge or interfere in that, as long as it is not at the cost of the freedom of others.

Policy analysis should focus on whether social arrangements, including all possible involved institutions, contribute to the development of the enhancement of individual freedoms for all. To instrumentalize his vision he proposes a capability diagnosis rather than means-testing for public policy to be targeted. It is not about income alone, it is about so many other aspects, particularly health and education related, that need to be taken into account when defining public policy.

The point is that different kinds of freedoms facilitate the enhancement of other kinds of freedoms, for example, political freedom enhances economic freedom and vice versa, and social freedom (health and education) enhances both. We need all of these to be readily available to all if we want the world to be a fairer place. Political freedom will lead to more public discussion and that is the only way to get public policy right.

There is no argument to limit political freedom as a way to enhance economic growth (the 'Lee-thesis'): economic growth is simply not the goal. And there is no argument to limit any kind of individual freedom that does not limit the individual freedom of others.

Development as freedom. Sen provides evidence from different countries and times. His argument is very convincing. Read the power point presentation and then, read the book.

maandag 1 juni 2009

El proceso de negociación entre la Unión Europea y Centroamerica con respecto al nuevo Acuerdo de Asociación













Cuadro 2: Estatus de Ratificación de Protocoles y Convenios Regionales

Fuente: Elaboración propia en base a Ulate Chacón (2007), Giammattei Aviles (2007), PARLACEN (2007)

Nota: [1] F = firmado, pero no ratificado; [2] México también es miembro del PARLACEN; [3] La República Dominicana es observador especial para el PARLACEN; México, Venezuela, Puerto Rico y la República de China en Taiwán son observadores permanentes




El proceso de negociación entre la Unión Europea y Centroamérica para el establecimiento de un nuevo Acuerdo de Asociación

En mayo 2006, la Unión Europea y los presidentes centroamericanos acordaron abrir negociaciones para establecer un Acuerdo de Asociación bi-regional. El acuerdo iba a fundamentarse en tres pilares: el tratado de libre comercio, el diálogo político y la cooperación. El enfoque entonces además de económico iba a ser socio-político fundamentado en los derechos humanos, la democratización y el buen gobierno. Desde el inicio, el propósito formal era negociar a nivel de dos bloques regionales y no desde la Unión Europa con los países centroamericanos individualmente. Aparentemente se suponía que la región centroamericana ya (casi) era bloque, un supuesto, sin embargo, que ahora parece discutible. La realidad política centroamericana es compleja y viéndolo de manera crítica se podría decir no sólo que aún no hay un bloque fuerte, pero que tampoco parece haber voluntad política para formarlo a un plazo visible.

En este texto se discute lo que implica, en términos formales, el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica (AdA). Se describe también el proceso de la integración regional centroamericana desde una perspectiva histórica además del estatus actual. Seguidamente, se presentan las posiciones con respecto al AdA de algunos actores gubernamentales y no gubernamentales relevantes, y se concluye el texto con ciertas observaciones personales.

1. El Acuerdo de Asociación (AdA)
Entre la Unión Europea (UE) y América Central existen una relación comprehensiva y unos regimenes internacionales ya desde los años ochenta. Estos regimenes se basan en el dialogo político (Diálogo de San José), un régimen comercial favorable y un cuadro amplio de cooperación. El AdA se puede entender como una renovación de los acuerdos precedentes, y al mismo tiempo una ampliación en ciertos aspectos.

Hasta ahora, el Diálogo de San José ha sido crucial para las relaciones entre las dos regiones. El convenio se adoptó en Costa Rica en 1984, y se renovó en Florencia (1996) y Madrid (2002) respectivamente. El Diálogo apoyó el proceso de pacificación centroamericana en los años noventa y con esto la UE generó credibilidad política dentro de la región. Con el Diálogo, se inició también el proceso de apoyo bi-regional enfocado en la integración regional y el desarrollo económico y social de Centroamérica.

Un año después de los acuerdos de Madrid, en 2003, se firmó un nuevo Acuerdo para el Diálogo Político y la Cooperación entre la UE y Centroamérica. El objetivo de este documento fue reforzar las relaciones entre las dos regiones y crear las condiciones para iniciar negociaciones para un Acuerdo de Asociación, incluyendo un tratado de libre comercio. Según este Acuerdo los objetivos del Acuerdo de Asociación iban a ser:

1. Consolidar las relaciones existentes y desarrollar los beneficios potenciales y mutuales otorgando una perspectiva constructiva hacia la futura relación entre las dos regiones.
2. Desarrollar una relación política privilegiada basada en el respto para y la promoción de los derechos humanos, democracia y buen gobierno, y en la defensa de estos valores comunes en la plataforma mundial, contribuyendo al desarrollo del multilateralismo.
3. Arraigarse fuertemente en los logros democráticos in América Central fortaleciendo aún más las relaciones dentro de la región y facilitando el diálogo político bi-regional y la cooperación.
4. Realzar cooperación bi-regional con el fin de reforzar la estabilidad política, social y económica de los países centroamericanos, profundizar el proceso de integración regional, ayudar a crear condiciones para reducir la pobreza, promover el trabajo decente y el acceso más igualitario a los servicios sociales, igual que asegurar un balance apropiado entre los componentes económicos, sociales y ambientales dentro de un contexto de desarrollo sostenible.
5. Establecer las condiciones para gradualmente construir un área de libre comercio entre las dos regiones y desarrollar intercambios comerciales tanto dentro de como entre las regiones.
6. Dar más ímpetus al proceso de integración regional económica (notablemente a través de la negociación de región a región), con el fin de contribuir al incrementando crecimiento económico y el mejoramiento gradual de la calidad de vida de los pueblos, integrar América Central en la economía mundial, apoyar la globalización en base del desarrollo sostenible y abrir hacia nuevas relaciones en la plataforma mundial.
7. Profundizar buenas relaciones y los principios de la resolución pacífica de conflictos entre los estados centroamericanos. El objetivo es completar estas negociaciones no más de dos años después de su efectivo inicio. De acuerdo con la práctica normal, la Comisión reportará regularmente con los Estados Miembros dentro de las comisiones apropiadas sobre el progreso de las negociaciones. El Acuerdo se construirá sobre y reemplazará al vigente Acuerdo de Cooperación de 1993 entre las dos regiones y al Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación de 2003, lo que aún tiene que ser ratificado.

Notablemente, los objetivos políticos tienen un peso, formalmente, por lo menos igual de grande como los económicos. Sin embargo, cumplir con la propuesta en términos políticos parece ser más complicado, particularmente dadas las diferencias con respecto a la cooperación y el comercio con la UE entre los países que forman la región Centroamérica.

Desde los años ochenta, la cooperación de la UE con América Central se enfoca en derechos humanos y democracia, desarrollo rural integral, prevención de desastres y reconstrucción, desarrollo social y integración regional. Tradicionalmente, Centroamérica ha recibido la proporción más grande de la cooperación de UE con América Latina. En el periodo 1995 – 2001, se trató de 145 millones de euros por año. Sin embargo, son los países más pobres, como Nicaragua y Honduras quienes reciben la mayor parte de los fondos disponibles.

El Cuadro 1 representa el monto total de la cooperación europea asignada a cada uno de los países centroamericanos para el periodo 2007 – 2013. Obviamente, el tema de cooperación es menos prioritario para Costa Rica y Panamá en comparación con los demás países. Como se demuestra abajo, para estos países el comercio con Europa representa una preocupación más grande.

Cuadro 1: Cooperación europea asignada a los países centroamericanos para el periodo 2007 – 2013
Cooperación en millones de euros
Costa Rica 34
El Salvador 121
Guatemala 135
Honduras 223
Nicaragua 214
Panamá 38
Fuente: Delegación de la Comisión Europea en Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala y Panamá

En términos comerciales, las relaciones entre la UE y Centroamérica se han regido por el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). Este arreglo garantiza el acceso libre de impuestos a todos los productos industriales y para ciertos productos agrícolas. Un nuevo régimen SGP+ se hizo vigente en 2005 para terminar en 2008. Para la exportación de bananas se introdujo un nuevo sistema de tarifa única en 2006. Supuestamente, el nuevo tratado de libre comercio que formará parte del AdA, reemplazará y ampliará el régimen SGP+ con algunos productos agrícolas cruciales para América Central, incluyendo el banano y el azúcar.

El interés económico de la UE y los países centroamericanos en el AdA puede ser mutual, aunque a escalas diferentes. Sin embargo, dentro de la región centroamericana el interés no es igual para todos los países.

En términos económicos y particularmente de comercio, la UE para Centroamérica representa la segunda región más importante, después de los Estados Unidos. En 2004, el 45% del comercio centroamericano total era con los Estados Unidos y el 9% con la UE. La proporción centroamericana de las importaciones totales de la UE, al otro lado, bajó de 0.4% en 2000 a 0.3% en 2005, y la de las exportaciones era 0.35% en 2005. Las exportaciones de Centroamérica hacia la UE consisten mayoritariamente en bienes agrícolas, y las importaciones desde la UE hacia Centroamérica son básicamente bienes industriales. Centroamérica tradicionalmente tiene un surplus comercial con la UE lo que en 2005 llegó a sumar 1 billón de euros.

Sin embargo, el comercio entre la UE y América Central se concentra en pocos países: Costa Rica produjo 64% de las exportaciones hacia la UE, y Costa Rica y Panamá en conjunto absorbieron 55% de las exportaciones desde la UE hacia la región. En otras palabras, dentro de la región existen discrepancias grandes con respecto al interés en el AdA: para unos países el tratado de libre comercio es más importante, para otros la cooperación. Esta situación tal vez sea una asimetría más problemática en el proceso de negociación que la que existe entre las dos regiones y hasta puede ser una de las causas porqué la región aún no logró de presentarse como un bloque fuerte.

2. La integración regional política centroamericana en perspectiva histórica

En términos históricos, el proceso de la integración regional en América Central ha tenido una serie de intentos a lo largo del siglo XIX, los que todos fallaron a pesar de muchos esfuerzos. Entre ellos destacan la Republica Federal de Centro América (1823 – 1839), la Confederación de Centro América la que no incluía a Costa Rica (1842 – 1844 y 1849-1852) y la República Mayor de Centroamérica, después llamado los Estados Unidos de Centroamérica (1896 - 1898). Estos proyectos se terminaron respectivamente por guerras civiles (se retiraron Nicaragua, Honduras y luego Costa Rica), por falta de concordancia entre los países y por un golpe de estado en El Salvador.

Después de la Segunda Guerra Mundial y varias dictaduras y guerras sangrantes de las que sólo Costa Rica se quedó al margen, se hicieron nuevos intentos para la integración regional. En 1951, se fundó la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), la que fue seguida por el Mercado Común Centroamericano (MCCA) en 1960. En el mismo año se fundaron el Banco Centroamericano para la Integración Económica (BCIE) y el Secretariado para la Integración Económica de Centroamérica (SIBCA) para fortalecer el proceso. Sin embargo, en 1973, se suspendió la ODECA y con ello el proceso de integración regional.

Sólo 20 años después, en 1991, se adoptó con el Protocolo de Tegucigalpa, un nuevo marco de integración: el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que consiste en tres cuerpos: la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ), el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), y el Secretariado General de SICA (SG-SICA). SICA además tiene una serie de secretariados técnicos, instituciones permanentes especializadas y foros intergubernamentales.

El SICA representa el marco jurídico-político que abarca todos los niveles y ámbitos de la integración centroamericana actual, incluyendo aspectos económicos, sociales, culturales, políticos y ecológicos visualizando un desarrollo integral para la región. En 1993, se adoptó el Protocolo de Guatemala con lo que los estados miembros se comprometieron a alcanzar de manera voluntaria, gradual, complementaria y progresiva la Unión Económica Centroamericana, cuyos avances deberían de ir a responder a las necesidades de los países que integran la región (SICA 2007).

Los avances concretos con respecto a la integración regional desde los años noventa, sin embargo, son limitados. En 1992 se inició el proceso de ratificación de los estatutos de la CCJ, un año después de que cinco países los habían aprobado. La CCJ forma la base jurídica del proceso de integración. Su competencia es de carácter internacional, de integración, consultiva, constitucional y arbitral. Los estatutos de la CCJ además establecen la primacía del derecho comunitario sobre el derecho interno de los estados miembros. Como parte del Protocolo de Tegucigalpa, los signatarios se habían comprometido a negociar y ratificar los estatutos de la CCJ dentro de dos años, pero sólo tres países cumplieron con esta normativa.

Aunque todos los países subscritores al Protocolo de Tegucigalpa formalmente son sometidos al ordenamiento jurídico de la CCJ, independientemente si ratificaron los estatutos o no (y pueden hasta incurrir en responsabilidad por su incumplimiento), el hecho de que Costa Rica y Guatemala no ratificaron los estatutos en su debido momento representa una señal con respecto a la importancia que estos países le dan a la institución. Esto, mientras que Costa Rica en diversas sentencias de la Sala Constitucional ha reconocido la vigencia de la Corte como órgano oficial de la integración regional al cual, según la misma Sala, deben estar sometidos todos los ciudadanos de la Región (Ulate Chacón 2007). Por la anuencia de Costa Rica y Guatemala de ratificar los estatutos, la competencia de la CCJ sigue siendo limitada.

La creación del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) fue propuesta durante la reunión de presidentes centroamericanos en Esquipulas, Guatemala, en 1986, y un año después se subscribieron el Tratado Constitutivo y otras instancias políticas. En 1991, se instaló el PARLACEN con sede en Guatemala y sub-sedes en cada capital de los estados parte. El PARLACEN está integrado por 20 diputados electos por cada estado parte, los ex-presidentes y -vicepresidentes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá, y 22 parlamentarios designados por la República Dominicana (observador especial). Es uno de los dos únicos parlamentos regionales en el mundo con representación política y legitimidad democrática plena, dada la elección directa de sus diputados (PARLACEN 2007). El PARLACEN promueve una concepción comunitaria de la integración centroamericana y rechaza la tendencia de realizarla como un proceso intergubernamental. Además propugna una concepción integral del desarrollo y la integración de Centroamérica para el beneficio de los pueblos en las esferas política, económica, social y cultural y no comparte las tendencias economistas que reducen la integración a sólo el intercambio libre de comercio.

Sin embargo, su impacto es limitado porque Costa Rica y Belice no participan. Según el actual presidente de Costa Rica, no hay apoyo en su país para el PARLACEN ni disponibilidad de enviar nuevos diputados. Lo considera un tema cerrado y ha dicho que lo único que se podría considerar, en caso de alguna discusión importante, es que los diputados de la Asamblea Legislativa asistan (El Nuevo Diario 2007a). En el mismo periódico aclaró que ya había dicho hace 20 años que no estaba de acuerdo con el PARLACEN, a pesar de que sí firmara la Declaración de Esquipulas (ACNUR 1986).

Cuadro 2: Estatus de Ratificación de Protocoles y Convenios Regionales
ver arriba
Fuente: Elaboración propia en base a Ulate Chacón (2007), Giammattei Aviles (2007), PARLACEN (2007)

El Cuadro 2 representa el estatus de ratificación de protocoles y convenios regionales. Se nota que después del Protocolo de Guatemala que fue ratificado por 8 países, no se ha dado el seguimiento esperado. En términos de voluntad política de avanzar en la integración regional, sea o no por la falta de confianza en las instituciones regionales propuestas, parece ser que Costa Rica forma un obstáculo importante. Por su particular posición en la región, el país parece tener más interés en tratados económicos y menos en acuerdos regionales de carácter político. Como ya vimos, Costa Rica es el país que tiene más comercio con y recibe menos cooperación de parte de la Unión Europea.

En otras palabras, la historia de la integración regional centroamericana demuestra que aún hay bastantes obstáculos. No existe un bloque regional fuerte y no es fácil cumplir la condición de la UE de negociar entre dos bloques y no con países individuales. La propuesta europea presupone que existan instituciones regionales efectivas representativas para todos los países, pero la realidad es diferente: la mera existencia de instituciones regionales no dice nada sobre su efectividad.

3. La posición de actores relevantes

El Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y la región centroamericana puede llegar a representar un cambio de régimen, aunque un cambio incremental, no agudo. La historia de las relaciones económicas y políticas entre las dos regiones ya es larga, y también el enfoque en temas como el comercio, el diálogo político y la cooperación no es nuevo. Lo que significaría la adopción del texto como planteado en la propuesta de 2003, sí es una ampliación de los acuerdos anteriores. En términos económicos se incluirían algunos productos agrícolas centroamericanos y unos servicios europeos cruciales para las respectivas regiones. Sin embargo, el aspecto más importante puede ser la importancia que Europa intenta dar al tema de la integración regional y la solidaridad intra-regional del istmo.

Unos grupos de actores relevantes en el proceso de las negociaciones además de los líderes políticos, son las organizaciones no gubernamentales y los empresarios que cada uno de su propia manera pueden lograr a influenciar el proceso. Según la organización Bilaterals, los movimientos sociales de América Latina critican el AdA porque dejó de dar importancia al fortalecimiento de las democracias en los países involucrados. Según estos movimientos, el AdA es nada más que un tratado de libre comercio y una herramienta del gran capital que busca profundizar la pobreza y explotarles a las personas que producen riqueza con su trabajo. Las consecuencias del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Centroamérica y la República Dominicana, según tales movimientos, son países inundados por importaciones, precios al consumidor crecientes, ingresos tarifarios disminuyentes y por ende un gasto público también bajándose. Del AdA los mismo esperan que va a resultar igual comprometiendo los derechos humanos y laborales de los pueblos y el medio ambiente. Lo consideran, por ende, contrario a los intereses de los pueblos centroamericanos (Bilaterals.orga 2009a).

Los movimientos, redes y organizaciones sociales centroamericanas presentaron, durante una jornada popular de rechazo al AdA, una propuesta a los presidentes de los países centroamericanos que estaban reunidos en una cumbre del SICA. Pidieron la suspensión inmediata de las negociaciones con la UE con el fin de que se analizara primero los impactos de los tratados de libre comercio como factores inherentes a la crisis financiera y la recesión económica, y que se definiera la forma de desarrollo e integración que los pueblos de Centroamérica requieren. Proclamaron de que para que el AdA sea efectivamente una oportunidad para los países centroamericanos y para sus pueblos, se requiere que la lógica del mismo esté basada en premisas distintas al libre comercio. Los movimientos sociales pidieron impulsar una integración regional basada en la complementariedad de los diferentes países y que la misma sea un instrumento para el crecimiento y el desarrollo, garantizando el derecho soberano a la toma de decisiones nacionales y a la definición de estrategias de desarrollo desde las cuales se puedan establecer relaciones justas y equitativas con otros Estados y regiones. Se pidió promover una inversión extranjera respetuosa de los derechos laborales, de las poblaciones indígenas y del ambiente, además de promover una cooperación al desarrollo verdaderamente enfocada en eliminar las causas estructurales de la pobreza y la exclusión social, y relaciones comerciales que reconozcan las asimetrías existentes entre regiones. Los movimientos, redes y organizaciones sociales también pidieron establecer en cada país centroamericano procesos de diálogos amplios y democráticos, con participación de los diferentes sectores sociales organizados para debatir sobre un nuevo tipo de acuerdo con la Unión Europea, sustentado en articular los diferentes esfuerzos para procurar propuestas regionales, superando el criterio de que los acuerdos comerciales se negocien con cláusulas de confidencialidad y secretividad.

A pesar del pedido de los movimientos sociales, la reunión de los cinco presidentes centroamericanos más los de Belize, República Dominicana y Panamá concluyó con una larga resolución en la que piden concluir las negociaciones a la brevedad posible bajo los parámetros y calendario previstos, reflejando los intereses de Centroamérica (Bilaterals.org 2009b).

Algunas organizaciones no gubernamentales monitores del proceso desde Europa, también indicaron que las negociaciones están moviéndose en una dirección no deseada. Estos, sin embargo, dan la culpa en primera instancia a Europa. Según el analista Cecilia Olivet, la UE tiene un nuevo marco de cooperación llamado Global Europe que formula los objetivos de la política comercial y de inversiones europeas. El marco tiene como objetivo conseguir acceso a los recursos primarios más baratos y abrir los mercados para el empresariado europeo. La política europea internacional actual, según la analista, se enfoca en eliminar eventuales obstáculos y prevenir la adopción de nuevas políticas que pueden convertirse en obstáculos para tal objetivo. O sea, con la estrategia Global Europe, así lo plantea Olivet, la UE sólo busca establecer acuerdos comerciales favorables para Europa.

Olivet luego explica que los acuerdos que Europa busca establecer en la actualidad se basan todos en una sola fórmula y no se ajustan a la situación particular de cada región, aunque así lo dicen. La estrategia, en varios casos, parece apoyar el proceso de construcción de bloques regionales, pero, así comenta la analista, en la práctica las negociaciones provocan la división de los países involucrados, para que a continuación la UE pueda entrar en relaciones bilaterales con los países individuales (Solidariteitsfonds XminY 2009). Según la analista, esto es exactamente lo que está pasando con el AdA; el carácter bi-regional es sólo la máscara detrás de la cual está el verdadero interés de la UE: tener relaciones comerciales favorables con la región y primordialmente con Costa Rica y Panamá.

A finales de marzo 2009 se organizó la sétima ronda de negociaciones entre la Unión Europea y los países de América Central. Inesperadamente, Nicaragua se retiró de la misma en protesta por el rechazo a su iniciativa de financiar un Fondo Regional Económico Financiero con 60.000 millones de euros. Contar con un Fondo de este tipo de cooperación es importante para Nicaragua, pero no prioritario para Costa Rica y Panamá. Después de que se suspendieron las reuniones bi-regionales, fueron particularmente los empresarios centroamericanos y Costa Rica como país, los que se esforzaron a que las partes volvieran a la mesa de negociaciones (La Nación, 2 de abril de 2009).

Después de un proceso informal de negociaciones, a finales de abril se logró que los negociadores nicaragüenses aceptaran que el fondo pasara a análisis de los ministerios de Hacienda y bancos centrales. Se retomaron las negociaciones con los siguientes asuntos aún pendientes (La Nación, 26 de abril del 2009):

· Mientras que los europeos ya concedieron acceso sin pagar aranceles a alrededor del 94% de las partidas arancelarias de Centroamérica mediante la consolidación de los actuales beneficios del Sistema General de Preferencias (SGP), aún hay productos de gran interés que están fuera del SGP y pendientes de negociación, como banano, azúcar, algunas hortalizas, productos con alto contenido de azúcar, ron y carnes de res.
· Falta por definir la apertura del mercado centroamericano a los servicios europeos, quienes quieren ir más allá de las telecomunicaciones y seguros y piden por ejemplo, vender aquí servicios profesionales.
· Varios compromisos políticos, como la buena gobernabilidad, la adhesión a la Corte Penal Internacional, la cláusula democrática y otros también están en agenda.

El 27 de mayo de 2009, Costa Rica urgió a los demás países centroamericanos a unificar las últimas posiciones y terminar en julio próximo la negociación técnica del AdA con la UE. Los intereses de este país de completar el proceso cuanto antes son de carácter económico y político. Como ya vimos, en términos económicos y comerciales, Costa Rica tiene una posición ventajosa relativa a los demás países centroamericanos, dado que cuenta con más productos, servicios e industrias de interés para la UE; los intereses políticos para Costa Rica de querer firmar el AdA, se relacionan más que nada con la relación política, no tanto con Europa, sino con sus vecinos.

Durante los últimos años, Costa Rica ha perdido el liderazgo político en la región, primeramente por su actitud anti-integracionista y su falta de reconocer la Corte Centroamericana de Justicia y del PARLACEN. Esta actitud particularmente afecta la relación con Nicaragua. El mismo día 27 de mayo de 2009, cuando Costa Rica pidió a los demás países centroamericanos de unir sus posiciones con respecto al AdA, Nicaragua expresó su interés de ceder la presidencia temporal del SICA a Guatemala, pese a que era el turno costarricense (La Nación, 28 de mayo del 2009). Si entre este tipo de tensiones Costa Rica lograra que se adoptara el AdA, le aislaría políticamente a Nicaragua y reconquistaría una posición política de importancia en la región. Sin embargo, dado que el interés de Costa Rica en el AdA es más que nada económico, su ganancia política a nivel centroamericano significaría una oportunidad perdida para esta región de avanzar hacia una efectiva integración regional socio-política. Aparentemente, la probabilidad de que esto ocurre se hizo también mínimo, dado el apoyo de parte de los Estados Unidos al nuevo gobierno de El Salvador.

4. Análisis del AdA como posible cambio de régimen internacional

Como se ha podido apreciar, existe aún descenso entre los países y los diferentes grupos subnacionales sobre cómo se debe o puede seguir adelante con respecto a la integración del istmo y al AdA. Tal vez la siguiente ronda de negociaciones entre la Unión Europea y los seis países de América Central involucrados revele lo que durante varios años se está tratando de esconder: aún los países centroamericanos no se confían suficientemente como para moverse hacia una verdadera integración socio-política. Tal vez, al otro lado, el nuevo liderazgo salvadoreño pueda dar una vuelta diferente al proceso.

Con respecto al AdA, algunos analistas temen que si continúa de manera en que se está negociando, termine en el establecimiento de varios acuerdos bilaterales. Esto significaría, que habrá acuerdos múltiples entre un bloque regional fuerte y exigente por un lado, y seis países individuales, pequeños y a veces débiles, representados primordialmente por sus élites nacionales, por otro. Los analistas temen, si esto ocurre, que todas las buenas intenciones de aprovechar al Acuerdo bi-regional para avanzar también en términos de los derechos humanos, la democratización de Centroamérica y el buen gobierno, no se realicen, que los acuerdos bilaterales se limiten a tratados comerciales sin compromisos políticos y que las ganancias del nuevo se hagan a costo de los pobres y los menos privilegiados quienes no tienen oportunidades para participar en los procesos.

Básicamente, lo que los negociadores deberían de tomar en cuenta es que Centroamérica aún no es un bloque regional. El AdA puede respaldar el proceso pero esto quiere decir que la UE no puede ceder a la condición de negociar entre bloques. Aceptando la posición economista costarricense, se perdería la posibilidad de exigir un cambio en la actitud política de este país hacia sus vecinos, un cambio hacia más solidaridad, más enfoque social y de cooperación entre los países centroamericanos, hacia más respeto de los unos a los otros. Si el acuerdo se limita a los aspectos de comercio únicamente, su efecto a mediano plazo será más inequidad social, más pobreza, más problemas sociales de tipo ‘maras’, y menos solidaridad entre los países centroamericanos. Significará probablemente también el fin (o mínimamente la suspensión) del proceso de integración regional. En otras palabras, la posición de la UE es de suma importancia para el futuro de la región; su flexibilización significará una gran oportunidad pérdida y tendrá efectos sociales negativos a largo plazo.

En los términos de Keohane y Ney (1989), el análisis presentado sobre el cambio de régimen internacional hacia la integración regional centroamericana, se basa en el modelo de las organizaciones internacionales enfocándose tanto en los procesos económicos como los políticos, y tanto en los actores gubernamentales como los no gubernamentales.
En términos de interdependencia entre los diferentes Estados centroamericanos y la Unión Europea, este texto ha descrito un proceso que se caracteriza por negociaciones en ausencia de fuerza, por múltiples canales de contacto entre las sociedades a través también de los movimientos sociales y los empresarios, y por una falta de jerarquía de asuntos, aunque se puede decir que los económicos tal vez están arriba en la lista tanto para la Unión Europea como para Costa Rica y Panamá. Sin embargo, el tema de la cooperación parece ser más importante para Nicaragua, entre otros. Falta por conocer la posición salvadoreña que por cierto va hacia la integración regional tanto económico como político social. El nuevo presidente Funes puede jugar un papel crucial en este proceso cuya historia ya tiene décadas.

Referencias

Bilaterals.org (2009a), EU-Central America
http://www.bilaterals.org/rubrique.php3?id_rubrique=152

Bilaterals.org (2009b), Movimientos sociales y redes: No al AdA y por otra forma de integración, Giorgio Trucchi, 21-5-2009, http://www.bilaterals.org/article.php3?id_article=15116
Solidariteitsfonds XminY (2009), 5 Februari: Seminar over vrijhandelsverdrag Centraal Amerika- EU
http://www.xminy.nl/?q=content/5-februari-seminar-over-vrijhandelsverdrag-centraal-amerika-eu

http://ec.europa.eu/external_relations/ca/pol/pdca_12_03_es.pdf

http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/r14006.htm

http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/resumen/50169

http://www.nacion.com/ln_ee/2009/abril/02/pais1925127.html

http://www.oxfamsol.be/nl/Heet-van-de-naald-onderhandelingen.html

http://www.updaid.nl/akkoorden-verdragen/eu-handelsakkoord-met-centraal-amerika/

Giammattei Aviles G A (2007), El sistema político frente a los procesos de integración regional y globalización, documento preparado en el marco del módulo “Integración Regional y Globalización: Retos y desafíos de los Estados”, UCR-IHEAL, San José, Costa Rica
Ulate Chacon E (2007), El derecho comunitario centroamericano: Fuentes constitucionales y evolución jurisprudencial, documento preparado en el marco del módulo “Integración Regional y Globalización: Retos y desafíos de los Estados”, UCR-IHEAL, San José, Costa Rica

PARLACEN (2007), Parlamento Centroamericano PARLACEN, http://www.parlacen.org.gt/index-portada.html

dinsdag 26 mei 2009

TRES PREGUNTAS SOBRE ‘POWER AND INTERDEPENDENCE’ POR ROBERT O. KEOHANE AND JOSEPH S. NYE (1989)


1. ¿Qué se entiende por interdependencia compleja y qué factores explican este fenómeno?

Interdependencia compleja se construye como un tipo ideal en términos de relaciones internacionales opuesto al realismo, según la propuesta de Keohane y Nye. Según los autores, interdependencia compleja se acerca más a la realidad que el realismo. Más que nada, el concepto explica mejor que su opuesto lo complejo que son regimenes internacionales y lo difícil que es cambiarlos. Estos procesos de cambio de regimenes internacionales son los que representan el interés de los autores.

Keohane y Nye argumentan que el realismo se fundamenta en tres supuestos y que el concepto de interdependencia compleja los supera. Estos supuestos son:
los estados son unidades coherentes y de tal manera los actores dominantes en la política global;
la fuerza (o la amenaza con la fuerza) es un instrumento político posible de usar y efectivo;
existe una jerarquía de asuntos políticos globales de los cuales la seguridad militar siempre está al tope de la lista; en otras palabras, la alta política de la seguridad militar domina la baja política de asuntos sociales y económicos.

La interdependencia compleja, contrariamente, se caracteriza por:
la existencia de múltiples canales de contacto entre sociedades, en vez de sólo las entre las oficinas de asuntos exteriores, incluyendo relaciones informales entre elites gubernamentales y los arreglos formales al nivel de las oficinas de asuntes exteriores (relaciones bilaterales); relaciones informales entre elites no gubernamentales (relaciones trans-gubernamentales) y organizaciones transnacionales (relaciones transnacionales). Las relaciones bilaterales son las que supone el realismo; las relaciones trans-gubernamentales se distancian del supuesto realista de que los estados son unidades coherentes; y las relaciones transnacionales se distancian del supuesto realista de que los estados son unidades únicas.
la agenda de las relaciones bilaterales no sólo se trata de la seguridad militar sino que consiste en múltiples asuntos. Además, no tiene una jerarquía consistente y no sólo surge de la oficina de asuntos exteriores, sino de la participación política de múltiples actores;
la fuerza militar no se suele usar entre gobiernos dentro de una región o para resolver ciertos asuntos (económicos o sociales), aunque sí se utiliza, lamentablemente, entre gobiernos de diferentes regiones o para resolver asuntos específicos (como la guerra en Irak).

En el capítulo 7 de su libro, los autores definen el concepto de interdependencia compleja resumidamente por la ausencia de fuerza, la falta de jerarquía entre asuntos, y la presencia de múltiples canales de contacto entre sociedades. La interdependencia simple, basado en el realismo, se define, por ende, por la presencia de fuerza, la presencia de jerarquía entre asuntos y la ausencia de múltiples canales de contacto entre sociedades.

La interdependencia compleja es un fenómeno que se presenta de manera creciente en los diferentes regimenes internacionales, pero no en todos y no en todos de la misma intensidad. Los factores que explican el desarrollo hacia un mundo más y más caracterizado por interdependencia compleja son: el papel disminuyente de la fuerza militar en el mundo; el hecho de que hoy en día la política internacional se caracteriza por múltiples asuntos que no están organizados jerárquicamente; y la existencia de múltiples canales de contacto entre sociedades.

El concepto de interdependencia compleja me parece interesante y por cierto mucho más cerca de la realidad en varios regimenes, que los supuestos realistas mencionados antes. No cabe duda que con respecto a muchos asuntos de interés político global, los actores no gubernamentales han adquirido un gran poder político durante las últimas décadas, particularmente con la emergencia de los medios de comunicación masivos. La información es un instrumento de poder y ha felizmente destruido el poder monopolístico de los gobernantes. De igual manera, la influencia de las corporaciones transnacionales en la economía y la política global ha aumentado de manera aguda durante la segunda mitad del siglo veinte, de tal manera, que a veces tienen más poder que los propios Estados nación.

2. ¿Qué explica los cambios en los regimenes y qué caracteriza el de los océanos versus el monetario?

Keohane and Nye describen cuatro diferentes modelos para explicar los cambios en los regimenes internacionales:
1. el modelo que basa su explicación en procesos económicos;
2. el modelo que basa su explicación en la estructura del poder global;
3. el modelo que basa su explicación en la estructura de diferentes asuntos;
4. el modelo que basa su explicación en las organizaciones internacionales (procesos políticos).

Según los autores, el cambio de regimenes varía dependiendo de los países involucrados y de los asuntos tratados. Dependiendo de tales factores, un modelo u otro funcione mejor para su explicación, aunque ningún modelo funciona de manera óptima; siempre hay factores que no se cubren con ninguno de los cuatro modelos, o en otros casos, se requiere recurrir a todos los modelos uno por uno para entender el cambio de un régimen.

El realismo se acerca más al modelo basado en procesos económicos y en la estructura de poder global. Los otros dos modelos se mueven más hacia el concepto de interdependencia compleja.

El modelo basado en procesos económicos nace de la teoría neoclásica y tiene los siguientes supuestos:
1. el cambio tecnológico y la creciente interdependencia económica harán que los regimenes internacionales existentes se vuelven obsoletos. Debido al creciente número de transacciones y a las nuevas formas de organización representadas por ejemplo por las corporaciones transnacionales, las instituciones, reglas y procedimientos establecidos se harán inefectivos y pueden colapsar.
2. los gobiernos son altamente responsivos a las demandas políticas domésticas para un estándar de vida creciente.
3. los grandes beneficios resultantes de movimientos internacionales de capital, bienes y empleo les da incentivos fuertes a los gobiernos de modificar o reconstruir regimenes internacionales con el fin de restaurar su efectividad.

Según este modelo, regimenes internacionales se vuelven obsoletos con cierta regularidad por cambios económicos y tecnológicos, pero no se desintegran totalmente, y no por mucho tiempo, porque hay intereses de que se reconstruyan y se ajusten rápidamente a las nuevas condiciones. El cambio de régimen, en este caso, entonces es un cambio meramente incremental, dado que el desarrollo global supuestamente se mantiene dentro de los límites de la teoría neoclásica.
Sin embargo, en contra de esta teoría se puede argumentar que la realidad política no siempre sigue el simple rumbo de los cambios económicos y tecnológicos: el poder, en este caso, se define como la capacidad de no ajustarse a un cambio, tomando en cuenta que ajustarse siempre es políticamente costoso. El modelo neoclásico por ende es limitado y no explica todos los cambios o no cambios de los regimenes internacionales.

El modelo basado en la estructura del poder global es el más tradicional de los modelos políticos y se fundamenta en la idea de que los estados poderosos hacen las reglas. Según los realistas, un régimen internacional se fundamenta en un sistema hegemónico, eso es cuando un estado es suficientemente poderoso y tiene voluntad de mantener las reglas esenciales para gobernar relaciones entre los demás estados. Según este modelo, el colapso de regimenes hegemónicos se debe a guerras o cambios mayores en el balance de poder global (decreciente poder del hegemónico). El modelo es muy limitado, porque sólo considera el poder de estados a un nivel global y no reconoce la importancia de actores no gubernamentales o de asuntos no militares, como los económicos, los sociales, etc.

El modelo basado en la estructura de asuntos diferentes supone que los recursos de poder en un área de asuntos son efectivos en aquella área, pero no necesariamente en otras áreas. El análisis político, entonces, debe ser conducido por área de asuntos. Este modelo es menos poderoso que el anterior, porque requiere de más información para analizar una situación política, pero tiene más poder de predecir el desarrollo de las cosas dentro de cierto área de asuntos particular.

Según el modelo, un cambio de régimen ocurre por la diferencia entre influencia y beneficios bajo un régimen existente y las expectativas de estados no satisfechos con los efectos de nuevas reglas. Además, cuando existe incongruencia entre la influencia de un estado bajo las reglas vigentes y los recursos de poder para cambiar las reglas, el estructuralismo de asuntos diferentes predice un cambio agudo, no gradual.

Los modelos estructuralistas, sin embargo, quedan cortos con respecto al análisis de los procesos políticos que forman parte del cambio de regimenes internacionales. Para explicar tales cambios, no sólo se debe analizar la estructura de poder, sino también el proceso del cambio. Se debe distinguir, por ende, entre la estructura de poder entendida como recursos (independientemente si son recursos militares como en una formulación realista, o económicos como en un acercamiento estructuralista), y el poder entendido como control sobre los ‘outcomes’. Este último tipo de poder se mide por el patrono de ‘outcomes’. La traducción de capacidades en ‘outcomes’ depende exactamente del proceso político o la negociación, y la capacidad negociadora de un estado afecta tal traducción. Esto quiere decir que estados con preferencias fuertes y posiciones coherentes negociarán más efectivamente que estados que se encuentran restringidos por actores domésticos y transnacionales. A veces, hasta las instituciones y procedimientos de un régimen existente pueden debilitar la posición negociadora de un estado.

En las explicaciones más sencillas estructuralistas, un cambio de capacidades globales o capacidades específicamente relacionadas con ciertos asuntos, ya significa un cambio de régimen. En las explicaciones más sofisticadas, un régimen crea un proceso negociadora, lo que resulta en un patrono de ‘outcomes’ de los que el cambio del régimen es sólo uno.

El modelo basado en organizaciones internacionales parte de otro tipo de estructura política global, uno que no se limita al análisis de las relaciones entre estados manifestados a través de las oficinas de asuntos exteriores, sino que incluye también las relaciones transnacionales y trans-gubernamentales: se trata de relaciones en múltiples niveles (redes), normas e instituciones internacionales, los que son factores independientes que pueden explicar un cambio de régimen. El modelo supone que un conjunto de redes, normas e instituciones una vez establecido es difícil de eliminar o cambiar, incluso para estados fuertes.

Sin embargo, independiente del modelo que se utilice para explicar un cambio de régimen internacional, lo esencial es que este puede ser cambiado siempre cuando se vuelva intolerable para Estados con un poder importante al respecto. Es desde tal intolerancia que lento o rápido se produce el cambio.

El régimen monetario se refiere a un área de asuntos específicos y se define como el cluster de asuntos considerados relevantes para políticos para las decisiones que se deben tomar con respecto al tipo de arreglos internacionales que debe existir sobre las tazas de cambio, los ‘reserve assets’ y el control de movimientos internacionales de capital, además de asuntos considerados relevantes para el ajuste, la liquidez y la confianza dentro de un cierto régimen o no régimen.

Según los autores, el régimen monetario se acerca a las dimensiones de la interdependencia compleja en dos aspectos: la ausencia de fuerza y los múltiples canales de contacto. En términos de la falta de jerarquía entre diferentes asuntos, sin embargo, el régimen se acerca más a la simple interdependencia, dado que siempre cuando asuntos monetarios se hacían política alta, la jerarquía global con respecto a la política exterior, se debilitaba.

El régimen de océanos se refiere a un área de asuntos con respecto al uso y la regulación del espacio y de los recursos oceánicos en tiempos de paz. Un régimen oceánico en tiempos de paz tiene dos dimensiones: 1. la naturaleza y la extensión de la jurisdicción estatal sobre los océanos que pegan con las costas de ciertos estados y 2. la propiedad, el uso y la regulación del espacio y de los recursos más allá de la jurisdicción nacional. El área incluye relaciones físicas, como pescadería y navegación, y políticas, como esfuerzos de parte de actores realizados con el fin de influenciar las políticas de otros con respecto al espacio y los recursos oceánicos.

El régimen de océanos se acerca a la interdependencia compleja en términos de la falta de jerarquía entre diferentes asuntos y los múltiples canales de contacto entre sociedades. Sin embargo, en términos de la ausencia de fuerza, el régimen se comparte más como el modelo de simple interdependencia. Según los autores el papel de la fuerza sigue siendo importante en este régimen, aunque se debe tomar en cuenta que hoy en día la fuerza es utilizada más por Estados débiles y no siempre es efectiva, particularmente como para tener un impacto en vista de los Estados más fuertes.

Establezca la relación entre liderazgo e interdependencia compleja

Procesos políticos que se caracterizan por una línea borrosa entre política doméstica e internacional son típicos casos de interdependencia compleja. En situaciones de este tipo, el liderazgo o las capacidades básicas de un estado de ejercer el poder, es un factor decisivo para el cambio de regimenes. En periodos de transición, según Kindleberger, dentro de la estructura de poder en que se fundamenta un área de asuntos, un nuevo estado poderoso desarrollará su capacidad de liderazgo antes de que perciba los beneficios que lo mismo puede generar y la necesidad de tal liderazgo. Al mismo tiempo, poderes secundarios, los que suelen aceptar liderazgo indiscutiblemente, perseguirán políticas que debilitan el sistema. En otras palabras, el proceso de cambio de régimen va de mano en mano con la transición de liderazgo; el uno y el otro forman parte del mismo proceso, particularmente en casos que se caracterizan por interdependencia compleja.

Según Keohane and Nye, liderazgo es necesario en la ausencia de autoridad delegada, lo que consideran la situación más probable en la política internacional. El liderazgo internacional se puede basar en hegemonía (dirigir y mandar), unilateralismo (ir de primero) o multilateralismo (inducir). El liderazgo internacional basado en hegemonía se da cuando un Estado sea suficientemente poderoso para mantener las reglas esenciales para gobernar relaciones entre Estados y tiene la voluntad de hacerlo. Este tipo de liderazgo puede representar un bien público (responsabilidad) o un bien privado (protección de los intereses del hegemono). El liderazgo unilateral es aquel que da un ejemplo al resto del mundo dado que por su tamaño e importancia, las acciones de un Estado poderoso puede determinar los regimenes que gobiernan las relaciones internacionales. Este es el tipo de liderazgo al que se refirió Obama cuando habló de que querría cambiar el papel de los Estados Unidos en el mundo convirtiéndolo en un 'role model' para el resto del mundo. El tercer tipo de liderazgo, el multilateral, se basa en acciones para inducir otros Estados a contribuir a la estabilización de un régimen internacional. En situaciones de interdependencia compleja, donde el liderazgo es non-hegemónica, se requiere un liderazgo unilateral o multilateral. Según Keohane and Nye, hoy en día, sólo se puede escoger entre estos dos tipos de liderazgo, o sea el liderazgo necesariamente es non-hegemónico, y por ende, es unilateral o multilateral, o no hay liderazgo efectivo.

Con respecto al liderazgo multilateral cabe notar que hoy en día efectivamente se está desarrollando un estilo de liderazgo que se basa en la rotación voluntaria entre los estados que forman parte de un régimen internacional. Con este tipo de liderazgo se produce un cambio de liderazgo, basado en procedimientos acordados dentro del mismo régimen, sin el uso de fuerza y también sin que se cambie el régimen. En base de estos procedimientos un cambio agudo de régimen se hace menos urgente, dado que el mismo es políticamente factible dentro del mismo régimen; o sea, un estado ansioso de implementar un cambio incremental sólo debe esperar su turno para poder iniciar un proceso de negociación al respecto. La interdependencia compleja de esta manera facilita procesos de negociación y desarrollo continuos, sin que se pierda por completa la unicidad de cada uno de los estados participantes y sin que sea necesario un cambio de regimen necesariamente, y sin que se recurra a la fuerza. Cuantos más estados participan en este tipo de regimenes, tanto más espacio para todos de hacer oír su voz y menos necesidad y legitimidad de utilizar la fuerza. Es de esperar que en los años que vienen se verá ambos tipos de liderazgo non-hegemónico dependiendo del regimen internacional, dependiendo de los Estados que participan, dependendiendo del asunto de que se trata. En interdependia compleja, ambos pueden ser efectivos, aunque el multilateralismo puede ser lo más deseable (si factible) dado que es en efecto el más democrático.

woensdag 13 mei 2009

Another reaction to Gilpin (Chapter 5 until the end)GATT has turned out to be an illusion and will, according to the author, continue to be an illusion. Its universal rules will simply not be respected by those that have a chance to use them for their own benefit. This is how he sees the present world: Undoubtedly the most prominent feature of the emergent trading regime and the most significant departure from historic patterns will be the expansion of sectoral protectionism. Gilpin also refers tothis phenomenon as Ne Protectionism and describes it like this: In substantial and growing numbers of services, basic industries, and high technology areas, governments and corporations negotiate market-sharing agreements. Involving principally the advanced economies and the newly industrialized countries (NICs), such horizontal accords are intended to gain market access, acquire strategic technologies, and preserve employment. But, as Gilpin also argues, these accords will only benefit the few. In his words, an international trading regime based in large part on negotiated market shares and cartelization is not only highly inefficient but also characterized by gross inequities. However, as he states writing in the decade 1980-90, powerful forces will continue to push the world economy in that direction. Now, nearly 20 years later, we understand that he was right, in the short run, but uncertainty is all there is if we look towards the future. A revival of the GATT dream sometimes seems to be the only way out; and in view of the disasters we may face if no serious political action is taken, it may even become a real life option.In his analysis, Gilpin speaks of the current (1980s) trade regime as a mixed regime. He considers it the product of the interaction of two opposed tendencies. On the one hand, as he states it, the world has reached its highest level of free trade and economic interdependence ever: tariff barriers have declined dramatically during the postwar period, the foreign sector in most economies has expanded, and international competition has increased. Yet, as he puts it, the greater openness has given rise to and is paralleled by powerful counter tendencies: economic closure in the form of the New Protectionism. It entails economic nationalism embodied in industrial policy and more and more strategic trade policy; a trend that was made possible by the enhanced importance of oligopolistic competition. New Protectionism is characterized by non tariff barriers and operates beyond the power of national governments. The phenomenon is much harder to control and regulate than the traditional import restrictions imposed by nation states. Of course, there was no way Gilpin, who was right in his analysis in the shorter run, could foresee that the world economy would collapse precisely due to the actions of those actors that worked against the GATT morale and tried to benefit to the limit from the oligarchistic opportunities provided by the opening up of national economies (the so called free trade). These actors made immense profits at the cost of fair trade and by doing so successfully blocked any intention aimed at improving real economic opportunities for less developed countries (at the level of countries not selected actors within those countries), implementing effective redistributive policies and reducing poverty across the globe.As a consequence, the gap between the rich and poor has increased to a level that makes the world fall apart, not because of a lack of leadership, as Gilpin puts it, but because of a lack of morale by the political and economic leaders of today. It is not surprising that with this result even the American voters have decided to derail the train. Unfortunately, they were too late to stop it and those who should have stopped it earlier refused to do so due to their vested interests. But now that it crashed, the voters realized that to fix the world, they should not put back on the same trail, but rather give it a different direction. This is where Obama comes in. In fact, in his final conclusions to chapter Six, Gilpin also refers to the quality of leadership as the factor on which the stability of the world market economy depends. More actors should have realized this at the time of writing…When discussing the dependency theory, Gilpin criticizes the argument that the world market or capitalist international economy operates systematically to thwart the development of the Third World. He states that little evidence supports the charge that the international economy operates systematically to the disadvantage of the least developed countries (LDCs), even though he agrees it may be the case for some individual countries. According to Gilpin, the threat faced by the Third World is not dependency but the likelihood of continued neglect and further marginalization. What lacks since the Second World War is an adequate international regime whose purpose is global economic development. Like GATT?According to Gilpin, this failing is not the fault of the capitalist world alone, but also of the socialist bloc and the wealthy oil producers. Furthermore, according to Gilpin, economic development will not occur unless a society puts its own house in order. As liberals stress, and Gilpin underlines, economic development will not take place unless a society has created efficient economic institutions. What is important for economic development and escape from dependence is the capacity of the economy to transform itself, a task that is ultimately the responsibility of that society’s own economic and political leadership.Gilpin describes all actors that participate in the interdependent international economic market of the 1980s: the capitalist world, the socialist bloc, the wealthy oil producers and the third world. He argues that there was no international regime that pursued global economic development. What he means to say is that there was no political will to do this, as the power balance still favored trends of increased wealth for the few. The poor had no voice and no claims to make. However, it seems unfair to state that a major part of the responsibility of underdevelopment lies in the hands of the local political and economic leadership given the immense interference from bilateral and multilateral agencies in their local affairs. Has real institution building ever occurred? Until today, external aid is conditional and it is in the interest of donors to hinder receiving countries from building their own economic institutions.National sovereignty does not exist in this world, or at least not for those countries that depend on external aid. They can not spend their money that way they think is best; they can not build their country the way they believe is right. They receive severely conditioned grants, including obligations to contract companies from the donor countries. In the capitalist world nothing is given for free; everything comes with a price. How can you put your house in order if your leaders are bought by foreign capital? I do not know what Gilpin means when he says the foremost problem is not external dependence but internal inefficiency. It is just unfair to say it this way, even though I understand the point he wants to make. To my view, however, the main problem is not inefficiency; the first and most crucial problem is a trade problem: inequality.This has created countries thorn apart by the interests of the capitalist world. Only when the ‘free trade’ world truly includes underdeveloped countries as respected partners into its economic policies, real negotiations on fair trade will start opening the way to a more just world. Liberalism in itself is not the problem, as it is only an instrument to understand modern economics; the question is how it is implemented. It is about the morale of political and economic leaders when they establish the rules of the game, and about who they include in their negotiations as respected partners.I do agree with Gilpin that a mayor problem is the failure of the multilateralism of the GATT that according to his analysis has been displaced by bilateralism and mini-lateralism. He even states, at the end of his book, that the new international economic order of the mid-1980s raised profound issues of economic equity for the conscience of mankind. As he predicted, many societies are suffering from the closure of world markets and still require massive economic assistance if they are to have any chance to escape from their poverty. He argues that the liberal world economy based on nondiscrimination and multilateralism had defects, but at least it provided economic opportunities that shrank in the more nationalistic world economy of today. But as he sees it, the politicized economic world of the1980s and of today, does not need to return either to the malevolent mercantilism and economic warfare of the 1930s or to the expanding and relatively benevolent interdependence of the 1960s. According to him, the postwar age of multilateral liberalization is over and the world’s best hope for economic stability is some form of benign mercantilism. This is a statement I like, as it relates to some sort of morale we may need to demand from our political and economic leaders when they establish new rules of the game. We need a return to the negotiation table truly including all countries finally getting the GATT right. Today’s economic and financial turmoil may become a window of opportunity in this respect. And I love it when Steve Wonder says: I love you Barack Obama.
Pregunta crucial de Robert Gilpin (The political economy of international relations, 1987): Is any government willing to subordinate its national autonomy and independence in economic matters in the interest of international economic stability? Is international cooperation possible for long in a capitalist world economy? Can cooperation be achieved without an unchallenged hegemonic leader willing to subordinate its narrowly defined interests to the larger objective of maintaining a liberal international economy (page 166)?According to Gilpin, the answers to these questions remain unclear. I will give it a go, though: The first question will have to be answered with a No: no one country (individual) will sacrifice itself (him/herself) for the sake of others. That is not how humans are, except for moms and dads for their kids and Ghandi for humanity. The second and third questions can be answered with a Yes, if ... International cooperation is possible on the condition that there is no one leader, but a socio-economic deal involving all countries. International cooperation is no more than the result of a political decision. The condition is that it is organized in a fair and equitable way: no one country leads over the others; the system's financing is fair and proportional (based on capacity to pay) and this does not affect the relative political power of each member; and redistribution policies are implemented to bridge the current devastating gap between higher and lower income countries and socio-economic groups. As the existing international agencies have too much of a bias towards the US hegemony, we should ask ourselves how we can build an organization that is trustworthy for all and capable of generating the necessary political will, including all countries? It's a job, but it's not impossible.
El gran resquebrajamiento: ¿Cómo hemos perdido el rumbo en el nuevo siglo?

Paul Krugman

Capítulo 4
Capitalismo de compinches

USA: capitalismo de compinches, enero 15 de 2002

Este capítulo es muy frustrante. Es un texto tipo Michael Moore, pero ahora de un premio Nobel de economía. El autor presenta datos sobre las conexiones de la administración Bush con el mundo empresarial y revela hechos escandalosos sobre la oligarquía estadounidense. Y peor que esto reclama que esto es el capitalismo al estilo americano, un capitalismo basado en fraude y corrupción. Para dar sólo unos ejemplos, según Krugman, existen relaciones directas entre la administración Bush y el sector energético, incluyendo a Enron, entre otras empresas. La administración, por ende, presentó proyectos de ley que favorecían a esta compañía y a otras empresas energéticas. Dice Krugman: Sólo unos pocos días antes de las últimas revelaciones de Enron, la administración mostró su intención de relajar las normas sobre la polución emitida por las plantas de energía; al final de la semana pasada anunció su decisión de proceder con un controvertido plan para guardar residuos radioactivos en Nevada. Cada una de estas decisiones vale billones para compañías que tienen vínculos muy fuertes con Bush. El CBSMarketWatch.com declaró, en su relato sobre la decisión concerniente a la basura nuclear, que un grupo de grandes empresarios del sector energético que hicieron donaciones a los políticos, se acababa de ganar el premio mayor de la lotería. La revista de negocios Red Herring publicó, como relata Krugman, una gran revelación sobre el Grupo Carlyle, compañía que se especializa en asociarse temporalmente con contratistas ‘venidos a menos’ en el tema de defensa, y después revenderlos cuando sus fortunas milagrosamente aumentan, una vez reciben un negocio con el gobierno. El padre Bush fue empleado de la compañía y uno de los inversionistas fue la familia Bin Laden. La relación entre Bush senior y el Grupo Carlyle aparentemente nunca le preocupó a la administración Bush junior. Al contrario, Donald Rumsfeld le dio un gran regalo a Frank Carlucci, cabeza de Carlyle, cuando decidió proseguir con el muy criticado sistema de artillería Crusader el que hasta el Pentágono quería cancelar pero que fue un producto de uno de las empresas del Grupo Carlyle. Según Krugman, nada de esto es claramente ilegal.

Dos, tres, ¿muchos?, febrero 20 de 2002

En el segundo artículo, Krugman sarcásticamente se pregunta cuántos Enrons hay. Sugiere que hay más de un solo y que probablemente hay como una pirámide escondida de empresas que aplican los mismos métodos. Argumenta que en cualquier crimen un esquema de pirámide requiere medios, un motivo y una oportunidad, y que durante la administración Bush junior ha habido abundancia de estos tres requisitos. Como ejemplo de medios, presenta el caso de Cisco que publicó cifras buenas en une momento en que la situación financiera de la compañía en efecto estaba muy mala. Pero, porque no hubo reglas establecidas, logró pagarles a sus empleados no con el salario, el cual cuentas como un gasto, sino con opciones de acciones que no constituyen gasto. En vez de una pérdida de US$ 4.9 billones, lo que hubiera resultado si contabilizase como un gasto el valor de mercado de las opciones de acciones que emitió, logró presentar ganancias de US$ 1.35 billones. Como motivo, Krugman, argumenta que el propósito de inflar las ganancias aumentar el precio de la acción y esto hace que la empresa crezca. Le hace más fácil conseguir dinero, adquirir otras empresas, atraer empleados, etc. Fingir que todo va bien facilita seguir yendo para adelante, por lo menos un rato más.

La oportunidad según Krugman se dio a finales de la década de los noventa cuando una confluencia de tres factores abrió la puerta para las picardías financieras a una escala no vista en generaciones. Estos tres factores son: el surgimiento de la nueva economía y las nuevas tecnologías, que removieron las jerarquías industriales e hicieron imposible saber si una compañía encontró un nicho altamente rentable o fue pura apariencia; luego, la burbuja del mercado de valores o uno en que se crean deliberadamente esquemas piramidales. Mientras que el público lo cree, la subida de los valores puede seguir; y finalmente, la existencia de un ambiente legal permisivo, lo que se dio desde que en 1995 el Congreso, pasando por encima de un veto de Bill Clinton, aprobó la ley de reforma a los litigios sobre la seguridad en el sector privado, lo cual dificultó mucho esos pleitos. Según Krugman, como consecuencia de esta ley, las firmas auditoras, las compañías auditadas por ellas y la banca de inversión que vendía sus acciones se volvieron todas muy amigas.

Según Kruger, con respecto a esta situación no sólo se debe pensar en las motivaciones de las corporaciones, sino más bien en las personales de los ejecutivos. En el caso de Enron, por ejemplo, los administradores les dieron a sus banqueros individuales la oportunidad de invertir en las compañías ‘fachada’ que ellos utilizaban para esconder la deuda y para desviar dinero. Dice Krugman: ¿Quiere apostar que no se dieron negocios similares en muchas otras firmas? Espero que Enron termine siendo única, pero estaría muy sorprendido de ello.

Ya sabemos: Enron, por cierto, fue la primera de una cadena infínita que todavía queda por revelarse ¿cuántas empresas y cuentos individuos más?
KRUGMAN

Siete hábitos de inversionistas altamente defectuosos

Fortune, diciembre 29 de 1997

La teoría de los mercados financieros eficientes

El mercado en los últimos seis meses se ha comportado extrañamente:
Hong Kong colapsó después de un auge tremendo y se llevó a Brasil y el resto del mundo. Según Krugman, las economías tigres son economías corruptas y mal manejadas.

El autor identifica siete hábitos de los administradores de dinero (banqueros internacionales) que hacen que los mercados financieros son todo-menos-eficientes:
Pensar en el corto plazo: el precio de las acciones cambia a largo plazo
Ser ambicioso: si el mercado ya está sobrevalorado, cómo decir que todavía vamos bien
Creer en el tonto más grande: a pesar de que los mercados comenzaron a dar señales de debilidad: los mercados asiáticos habían estado sobrevendido, los mercados de EEUU sobrevaluados. O sea, el mercado había dado un giro, pero se seguía el tonto más grande, el que seguía la tradicional estrategia, nadie se atrevía a ser el primero inteligente
Corra con la manada: seguir la teoría convencional aunque los señales ya eran diferentes, se ridiculizaba a los que decían que las cosas iban a cambiar. Se buscó reforzar la sabiduría convencional en vez de ponerla a prueba.
Sobre-generalizar: antes las empresas japonesas se estudiaron por su éxito, ahora todas las empresas japonesas son malas
Seguir la tendencia: el Nuevo Paradigma Económico afirma que tecnología y globalización significan que todas las viejas reglas se vuelven obsoletas, que el crecimiento libre de inflación de los seis años pasados continuará indefinidamente y que estamos en el comienzo de un auge de 20 años. Esta doctrina no tiene sentido, porque todas las reglas han cambiado del nuevo: ahora estamos situados al borde de una terrible época de deflación global, a pesar de las experiencias pasadas de recuperaciones diseñadas matemáticamente, no hay nada que la Reserve Federal pueda hacer sobre ello. Es un nueva economía
Jugar con el dinero de otras personas: los administradores eran empleados, no directores o socios

Los administradores de dinero, según Krugman, se caracterizan por la falta de una visión independiente, son cortoplacistas, y su comportamiento es inmoral. Interesantemente, escribe todo esto ya en el 1997.